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Artritis Reumatoide

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune debilitante, y con frecuencia incapacitante, con temibles efectos personales, sociales y económicos. Aunque es menos frecuente que la artrosis, suele ser más grave. La AR afecta a tejidos intersticiales, vasos sanguíneos, cartílagos, huesos, tendones y ligamentos, además de las membranas sinoviales que revisten las superficies articulares. La AR aparece con más frecuencia en mujeres que en hombres. El inicio más frecuente se sitúa entre los 20 y los 45 años de edad. (Mahan et al.)


Cuando se padece Artritis al inicio se sigue de numerosas remisiones y exacerbaciones, aunque en algunas personas solo dura unos meses o años y después desaparece por completo. Aunque cualquier articulación puede afectarse en la AR, lo más frecuente es la afección de las pequeñas articulaciones de las extremidades, típicamente las interfalángicas proximales de manos y pies. (Mahan et al.)


Artritis reumatoide

Fisiopatología


La AR es un trastorno sistémico, autoinmune y crónico, en el que participan las citocinas y el proceso de la inflamación. La AR tiene manifestaciones articulares debidas a inflamación crónica, que empieza en la membrana sinovial y avanza hasta las consiguientes lesiones del cartílago articular.

Aunque aún se desconoce la causa exacta de la AR, se ha descubierto que ciertos genes están implicados. El desencadenante probable es una infección vírica o bacteriana.


Síntomas:

Los signos y los síntomas de la artritis reumatoide pueden incluir los siguientes:

  • Articulaciones sensibles, calientes e hinchadas

  • Rigidez articular que generalmente empeora por las mañanas y después de la inactividad

  • Cansancio, fiebre y pérdida del apetito

En sus inicios, la artritis reumatoide tiende a afectar primero las articulaciones más pequeñas, especialmente las que se encuentran en los dedos de las manos y pies.

A medida que avanza la enfermedad, los síntomas suelen extenderse a las muñecas, las rodillas, los tobillos, los codos, la cadera y los hombros. En la mayoría de los casos, los síntomas se producen en las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.

Alrededor del 40 % de las personas que padecen artritis reumatoide también presentan signos y síntomas que no impliquen a las articulaciones. Las zonas que pueden estar afectadas incluyen las siguientes:

  • Piel

  • Ojos

  • Pulmones

  • Corazón

  • Riñones

  • Glándulas salivales

  • Tejido nervioso

  • Médula ósea

  • Vasos sanguíneos

Los síntomas de la artritis reumatoide pueden variar en intensidad e incluso pueden aparecer y desaparecer. Los períodos de mayor actividad de la enfermedad, denominados brotes, se alternan entre períodos de remisión relativa, cuando la hinchazón y el dolor se disipan o desaparecen. Con el paso del tiempo, la artritis reumatoide puede provocar que las articulaciones se deformen y salgan de lugar. (Mayo Clinic)


Tratamiento médico

La aparición del factor reumatoide (FR) puede preceder a los síntomas de la AR. Dolor, rigidez, tumefacción, pérdida de función y anemia son frecuentes. La tumefacción o hinchazón está causada por el acúmulo de líquido sinovial en la membrana que recubre las articulaciones y la inflamación de los tejidos adyacentes. Los pacientes con AR tienen más riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, debido a la respuesta inflamatoria, esto se da como resultado debido a que los medicamentos AINES que se usan para el AR pueden provocar hiperhomocisteinemia, hipertensión e hiperglucemia. Por lo que un tratamiento que reduzca la inflamación beneficia a ambos padecimientos. (Mahan et al.)


Tratamiento farmacológico

Los medicamentos para controlar el dolor e inflamación son el pilar terapéutico de la AR. Antiinflamatorios y analgésicos suelen ser la primera línea terapéutica y también se prescribe metotrexato (MTX). La elección del grupo y tipo de fármaco se basa de distinta manera para cada paciente, ya que cada organismo es distinto y por ende las necesidades terapéuticas también. Todos los fármacos pueden producir efectos secundarios nutricionales. Es posible que estos efectos afectan a la ingesta, digestión y absorción, y, por tanto, al estado nutricional.


Medidas para prevenir los síntomas

  • Dormir una media de 8-10 horas nocturnas

  • Evitar actividades que precisen esfuerzos físicos, obliguen a estar mucho tiempo de pie o necesiten de movimientos repetitivos, sobre todo con las manos.

  • En el trabajo doméstico, hay que intentar no hacer fuerza con las manos. Existen utensilios que pueden ser de gran ayuda para las tareas domésticas.

  • En los periodos de poca inflamación, es muy recomendable practicar algún ejercicio físico de forma habitual y sin cansarse.

  • Durante el reposo, hay que adoptar una postura adecuada, evitando doblar las articulaciones.

  • El uso de un calzado adecuado es fundamental.

  • Una articulación inflamada debe mantenerse en reposo. Sin embargo, es muy conveniente contar con una buena musculatura alrededor de la articulación inflamada, pero sin mover dicha articulación (ejercicios "isométricos")

  • La utilización de aparatos que mantengan la posición adecuada de los dedos de las manos (férulas) para uso nocturno, previene futuras deformidades.

En nuestro centro clínico Alpha Research Institute tenemos un estudio clínico para Artritis Reumatoide en donde si usted padece esta condición y se encuentra en el área de Houston, Texas puede participar como donador de muestra biológica, en este caso una muestra sanguínea. Si usted no ha tenido una respuesta positiva ante los medicamentos anti-TNF o al Metotrexato; con su colaboración se podrán mejorar los tratamientos y medicamentos que actualmente se utilizan e incluso implementar nuevos y más efectivos. Por su tiempo y participación obtendrá una compensación económica de $50.


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